sábado, 21 de noviembre de 2009

La sensualidad, el racismo, la tristeza y el baile: el Tango (Argentina, 1850).


En colaboración con Alejandra Anderson (Durango).






El surgimiento

Argentina, que en 1850 contaba con 1,1 millón de habitantes, recibió 6,6 millones de inmigrantes provenientes de diferentes partes del mundo, generándose así la fusión cultural del país y, consigo, una serie de movimientos sociales. La necesidad de identidad crea lo que hoy conocemos como tango, hijo directo de ese intenso mestizaje. Se sabe que los primeros tangueros eran afroargentinos y afrouruguayos, y que el bandoneón proviene de Alemania.

El tango se ve influenciado por el gran deseo sexual, sublimado en sensualidad, y la tristeza o melancolía, derivada de un estado permanente de insatisfacción. Esos sentimientos afloraron de la dura situación de millones de trabajadores inmigrantes mayoritariamente varones, solitarios en una tierra extraña, acudiendo masivamente a los prostíbulos, donde el sexo pago acentuaba «la nostalgia de la comunión y del amor, la añoranza de la mujer» y la evidencia de la soledad. Es el aflorar sentimientos en un mundo donde los hombres lo tiene negado y hayan la expresión a través de la música para dejar su sentir y poder satisfacer de algún modo sus necesidades. Los inmigrantes europeos que llegaban solos a buscar empleo mantenían relaciones sexuales con las nativas, mayoritariamente afroargentinas e indoamericanas.





Se sabe que el argot del tango, el lunfardo, está plagado de expresiones italianas y africanas; que su ritmo y clima nostálgico tiene un cercano parentesco con la habanera cubana; y que «tango, milonga, malambo y candombe», son parte de una misma familia musical de raíces africanas y también de las costumbres provenientes de los gauchos que migraron a la ciudad. Se estima que la transición de la creación del tango duró alrededor de cuarenta años para afianzarse como un género plenamente constituido en la última década del siglo XIX.

Poco antes de que comenzara de Primera Guerra Mundial en 1914, el Emperador de Alemania, Guillermo II prohibió que los oficiales prusianos bailaran el tango si vestían uniforme. El órgano oficial del Vaticano, L'Osservatore Romano, apoyó abiertamente la decisión, considerando que los gentilhombres no debían identificarse con la baja sensualidad de los negros y
los mestizos. La cuestión era meramente el enaltecimiento del racismo. "La danza tango -se consideraba- no se puede conservar de ninguna manera, ni siquiera con alguna probabilidad la decencia. Si en todos los otros bailes está en peligro próximo la moral de los bailarines, en el tango la decencia se encuentra en pleno naufragio".

El lado político

Dr. D'Auria, Doctor y también Profesor Facultad de Derecho de la UBA señaló que
el tango puede abordarse de las siguientes maneras: primero, lugar y cantores; segundo, ideología y cantores; tercero, anécdotas específicas y coyunturas concretas, y cuarto, tango y lenguaje político. "Sin embargo -se preguntaba D'Auria- ¿es el tango un género que se presta a la política?" A primera vista, la respuesta parece obvia: "Por lo general los temas son otros, existenciales, pero no políticos. O sea, en principio, el tango sería apolítico." Ahora bien, si analizamos los orígenes del tango, D'Auria sostiene que "la inmigración trajo consigo tanto al anarquismo como al socialismo que, a su vez, incidieron sobre el tango; es decir, los tres -socialismo, anarquismo y tango- son hijos de la inmigración". Sin embargo, uno y otro de los movimientos políticos verían de un modo diferente a aquel nuevo movimiento musical: el socialismo con cierto desagrado, en cambio, el anarquismo le daría pie.


Como género

La canción de tango comenzó a interpretarse desde 1850, pero no era tal porque el estilo vocal estaba ligado a la habanera y tangos españoles, sin una personalidad tanguera definida. Los primeros éxitos de aquel tango fueron Hotel Victoria, El porteñito y el gran suceso La morocha de 1908. En Buenos Aires había gran cantidad de cantores que interpretaban estilos nacionales, zambas y chacareras.





Carlos Gardel, quien se inició como payador alrededor de 1910, es el más recordado cantante de tango de los años veinte y treinta. Muchos de los temas que interpretaba los compuso él mismo y encargó sus letras a su inseparable compañero, el poeta Alfredo Le Pera. Gardel, que comenzó su carrera en comités políticos de los suburbios fabriles de Buenos Aires, cantó en París y en Nueva York, filmó varias películas en EE. UU. Se convirtió en un mito para los rioplatenses cuando murió en un accidente de aviación en Medellín (Colombia). Algunos de los tangos famosos de esta primera época son La cumparsita, El choclo, Caminito, El día que me quieras, Por una cabeza, etc.

Carlos Gardel fue el creador del tango-canción, y divulgador del tango en el extranjero. En los 60, en cambio, el género fue ignorado fuera de la Argentina, pero resurgió renovado por Astor Piazzolla, quien le dio una nueva perspectiva, rompiendo con los esquemas del tango clásico.




Fuentes:

Tango. Mi Buenos Aires querido. http://www.mibsasquerido.com.ar/xTango1.htm

Piedras, Federico. La historia del tango y el discurso jurídico y político
http://www.revistapersona.com.ar/Persona44/44Piedras2.htm

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